por Jaime Chuchuca Serrano | ECUADOR
El autor cuestiona la información del gobierno ecuatoriano sobre la supuesta reducción de la pobreza en el país. Al contrario, Ecuador continúa atravesando por una crisis económica y política que se profundizará.
Mientras la pobreza crece a nivel global, producto de la pandemia y la guerra Rusia-Ucrania, el gobierno y el INEC sostienen que en Ecuador ha disminuido. No obstante, al 30 de junio, el INEC dice que hay 5 millones 284 mil 314 trabajadores informales. El empleo formal apenas llega a 2,9 millones de trabajadores, y que el promedio del ingreso de los trabajadores ecuatorianos es menos del salario básico, 424 dólares.
Después de los 18 días del Paro Nacional, el movimiento indígena popular consiguió varias reivindicaciones, pero las fuerzas sociales de derecha alrededor del gobierno ven con reparo y hasta cuestionan la apertura después del levantamiento. Sin embargo, la nueva mayoría de la Asamblea ha tomado lo sucedido con pinzas, porque sabe que un mal movimiento significa nuevos golpes políticos. Así que UNES, Pachakutik, PSC, rebeldes de la ID, se han alejado momentáneamente del gobierno y CREO, después del intento de destitución. El rearme institucional beneficia a la nueva mayoría.
A pesar de las jugadas del gobierno y la Asamblea, no hay reales movimientos para solucionar los problemas de ingresos y empleo en el país. La mayoría de decisiones tomadas en el primer año de Lasso, han incrementado la carga tributaria, el precio de los productos y el endeudamiento externo. Los préstamos y subsidios para los empresarios, en su gran mayoría, son utilizados solo para la importación de mercancías, lo cual genera empleo temporal en las líneas de comercialización. No hay cambios nucleares del empleo. El trabajo agrario y agroexportador es uno de los peores pagados y es la base central de la sierra, costa y Amazonia. Del medio millón de empleados dentro Estado, profesores y otros burócratas, así como la empresa privada, buena parte siguen teniendo inestabilidad laboral.
Las formas de neocolonialismo empresarial, sectorial, comercial, de relaciones exteriores, de explotación de recursos naturales, no ha variado en más de setenta años; y las regulaciones legales de la Asamblea y las decisiones gubernamentales son para asegurarlas. Vienen nuevos gobiernos y autoridades, pero no hay transformaciones estructurales.
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