Donald Trump se encuentra en una situación desesperada. Sus aspiraciones por la reelección están siendo truncadas por las mismas políticas públicas que aplicó en su gobierno. En política interna, declaró la guerra a los migrantes, aunque son la principal fuerza trabajadora. Acabó con el programa de salud Obamacare y entregó la salud a las clínicas privadas y aseguradoras. El estadounidense promedio tiene pagos pendientes con la salud. A pesar del poderío económico, militar y científico, la potencia mundial ha sido impotente ante el coronavirus y cuenta con más de 150 mil fallecidos. Sin embargo, tiene programas de salvataje bancario y empresarial. El racismo del régimen estalló con el caso George Floyd, y EEUU se ha unido a las movilizaciones globales.
En el campo internacional, Trump, en su guerra comercial, tiene constantes roces con China y Rusia. Su mandato ha causado gran derramamiento de sangre en Siria, Irak, y asesinó a Solemaini, general iraní. Ha amenazado reiteradas veces a Venezuela, la cual, al igual que Cuba, sufren su terrible bloqueo. La política de injerencia en América Latina se ha recrudecido con el golpe de Añez en Bolivia y las presiones económicas de la pandemia, donde Ecuador fue un laboratorio mundial. Trump viene en una caída abrupta en los sondeos y Joe Biden toma terreno con un discurso nacionalista y de recuperación económica. De perder Trump, tendría que responder ante la justicia por varios hechos irresponsables y de vulneración de los derechos humanos.
Añez ingresó de facto para instaurar un régimen de transición hasta las elecciones, después del supuesto fraude. Añez subió con el apoyo de EEUU, los militares, los sectores más conservadores de Bolivia y las sectas religiosas. El discurso permanente de Añez ha sido el de echarle la culpa de todo a Evo Morales –similar táctica a la de Moreno–, incluso de los muertos por Covid 19. El gobierno de Añez ha cometido los peores actos de corrupción, ha perseguido, reprimido y asesinado. En el manejo de la emergencia, los partidarios de Añez se han enriquecido con los sobreprecios insumos médicos. Las encuestas dan como ganador a Luis Arce, candidato del MAS. Ante los pedidos de fiscalización y enjuiciamiento, Añez intenta aplazar las elecciones, esperanzada en que cambie la situación para garantizar su impunidad.
Las elecciones en Ecuador están planificadas para la impunidad del régimen de Moreno. Las componendas oligárquicas de las candidaturas han ganado profuso terreno y se expresan en las alianzas de los grupos empresariales, banqueros y el gobierno; todos tienen el mismo objetivo: la conservación del pacto político empresarial dentro del Estado y las políticas del FMI.
A diferencia del correísmo, que creó su propia red comunicativa, Moreno ha logrado una alianza con los medios masivos nacionales desde que empezó su gobierno. El pacto con estos emporios ha sido el pilar fundamental de su política, el cual no se ha visto en las dos décadas del siglo XXI. Estos medios han ocultado información de los casos de corrupción que vinculan a Moreno, incomunicaron las movilizaciones de Octubre, han formado un Ministerio orweliano de la verdad sobre la pandemia.
Los casos sensacionalistas sobre la corrupción han servido para esconder los verdaderos contratos millonarios de Moreno y su gabinete. Sonnenholzner se retira de la vicepresidencia después de lucrar del patrocinio propagandístico del Estado, que le valió el sobrenombre de FOtto. Tras esta salida aparece la verdadera ventrílocua del gobierno: María Paula Romo. Ante estas componendas, el campo popular prepara una posible alianza con un candidato indígena para la presidencia que aún no concluye la nominación.
Impunidad, corrupción, conservadurismo y defensa de los intereses de los millonarios son características similares de Trump y el desgobierno de Añez y Moreno. En el caso latinoamericano surgen organizaciones críticas contra las redes oligárquicas, en el que puede aparecer un nuevo ciclo populista o popular. Lo populista entendido como la degeneración de los anhelos populares y lo popular como demandas masivas revolucionarias y transinstitucionales.
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